México está de pie.

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Una puerta de madera pintada de azul es lo único que quedó de píe, la casa de Salvador fue una de las más de 600 viviendas de Ecatzingo, Estado de México que sufrieron las consecuencias del sismo del 19 de septiembre del año pasado.

Poco a poco la realidad mostró que la tarea no se iba limitar a levantar muros, había que reconstruir el tejido social, trabajar con una visión integral enfocada en que las comunidades vivieran mejor de cómo lo hacían antes del #19S.

Las historias se repiten en las diferentes comunidades afectadas, casas dañadas, muros que necesitan reparaciones, viviendas que eran necesario tirar y reconstruir, algunas otras había que remover las piedras para rescatar las pocas pertenencias de la familia. En esas tareas de remoción de escombros, recordamos a una señora de edad avanzada que le pedía a una de las voluntarias, que por favor sacará los ladrillos lo más completos que se pudiera, para poder volver a ocuparlos.

Cada persona, barrio, pueblo presentaban un reto para trabajar en recuperar lo perdido, Reforestamos en alianza con Telar Social decidió trabajar en comunidades afectadas que estuvieran en zonas forestales, así fue cómo se empezó a trabajar en Ecatzingo, una localidad ubicada en las laderas del volcán Popocatépetl, el trabajo se ha realizado gracias a la generosa aportación que los clientes Santander hicieron en los cajeros de ese banco.

A un año del sismo gracias a la suma de voluntades de especialistas en ingeniería como EcoAmbientes Mexicanos y de los despachos de arquitectura; Dellekamp Arquitectos, Universidad Centro, Arquitectura Natural y empresas como Proteak, se realizó la reconstrucción de 10 casas, 1 pie de casa, 2 reparaciones estructurales y 20 reparaciones menores, mientras que para escuelas se instalaron 7 aulas temporales desmontables que beneficiaron directamente a más de 250 niñas y niños.

Con la idea de transitar a una vida más sostenible, se usó madera como elemento fundamental en la reconstrucción, para garantizar que proviniera de bosques bien manejados se buscó que tuviera la certificación del Forest Stewardship Council (FSC®).

Además, en la reconstrucción de una vida sostenible, se está impulsando que Ecatzingo y los ejidos y comunidades aledañas, desarrollen proyectos conjuntos para utilizar de forma responsable sus recursos naturales, ahora las personas sueñan con empresas ecoturísticas, producción de carbón, reactivar los aserraderos de la zona, comercializar plantas medicinales, entre otras actividades.

El sismo causó graves consecuencias sociales, pero a un año de distancia podemos ver que el desastre fue un punto de partida para nuevas oportunidades, reconocer en las demás personas la posibilidad de construir en conjunto, de lograr tener una vida digna, de imaginar una vida distinta y más sostenible.

Hoy, México está de píe y mucha gente trabaja por mejorar sus condiciones de vida, por tener comunidades más resilientes, su empeño está logrando que levantar muros se convirtiera en la oportunidad de transformar la realidad, así que estamos avanzando en tener más y mejores bosques que impulsen el desarrollo sostenible del país.