Contradicciones que importan

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Por: Alianzas para la Incidencia, Reforestamos México

El ser humano está hecho de contradicciones. Seguramente has vivido episodios como éstos: “No me gusta el aguacate, pero me encanta el guacamole”, o “Soy muy fitness, pero uso las escaleras eléctricas” y como esas varias situaciones que nos acompañan en la vida cotidiana.

Algunas contradicciones trascienden más que otras, ¿quiénes somos nosotras para juzgar si las tortas van sin aguacate o no? Sin embargo, cuando esas contradicciones afectan la esfera de lo público, y tienen que ver con las decisiones de un gobierno, entonces sí, podemos opinar al respecto.

Imaginen esta situación -que es de esas que, si tuvieran alguna relación con la realidad, sería por pura coincidencia-: Hay un cerro que aún conserva sus árboles -y que los mantiene porque a la comunidad que vive a sus faldas le interesa cuidarlos y seguir teniendo un lugar del cual extraer algunas plantas medicinales, hongos y uno que otro animal-, y resulta que ese cerro guarda un yacimiento de minerales.

En ese contexto, imaginemos que una autoridad gubernamental, encargada de fomentar el manejo sustentable de los bosques, impulsa un programa de capacitación con la gente local, para que hagan un aprovechamiento responsable del bosque y comercialicen productos derivados de éste. Y al mismo tiempo, otra institución, del mismo gobierno, autoriza que se extraigan los minerales del subsuelo a través de un proceso de minería a cielo abierto.

Sin duda es una contradicción sobre el territorio: por un lado, una institución procura que los recursos naturales sean aprovechados de forma sostenible, y en beneficio de la comunidad; y por otro lado, otra institución beneficia a una industria, propiedad de personas externas a la comunidad, cuya consecuencia es la desaparición del cerro y severos daños al ambiente.

Otro buen ejemplo lo podemos encontrar en la producción de alimentos: se puede hacer a través de agronegocios o con agroecología, en el primero se deben usar insumos como el glifosato -importando poco las consecuencias que tiene sobre la salud humana-, y en el segundo se requiere del uso de sustratos orgánicos cuya producción en masa requiere de un gran esfuerzo.

Para poder dirimir las controversias se necesita echar mano de datos basados en ciencia, tener claro el tipo de país en el que queremos vivir, y ser conscientes de que para “no dejar a nadie atrás”, o para enaltecer la frase de “primero los pobres”, es necesario que las decisiones que se tomen consideren el impacto ambiental y el beneficio social en las localidades.

Las contradicciones al interior del gobierno deben dirimirse a través del diálogo con la sociedad, con la firme convicción de que las actividades en el territorio sean responsables con el ambiente, en beneficio de las personas y con rendimientos económicos para las comunidades, fundamentadas en un marco legal que favorezca la consecución del desarrollo sostenible y mostrando argumentos transparentes que informen el sentido y porqué de las decisiones

Antes y después: a la izquierda, Cerro de San Pedro antes del 2007, cuando la minera inició su operación. A la derecha, el paisaje en el 2013: la mina a cielo abierto ha destrozado y excavado todo el cerro. Autoría: izquierda FAO (2013); derecha, Jesse Samaniego Leyva (2013). https://www.researchgate.net/figure/Figura-1-Antes-y-despues-a-la-izquierda-Cerro-de-San-Pedro-antes-del-2007-cuando-la_fig1_331166952